¿Alguna vez has sido
criticado, difamado o hasta censurado por el ministerio que llevas adelante? La
mayoría de los líderes hemos sido víctimas de esto alguna vez, incluso a manos
de personas que son hermanos en la fe.
Moisés
podría encontrar rápido la respuesta a esta pregunta. Él sabría contarnos cómo sería
vivir llevando el peso de miles de personas a las que amas y deseas llevar a un
lugar seguro. Solo para escuchar palabras en contra tuya y de lo que haces: “y le dijeron a Moisés: — ¿Por
qué nos trajiste aquí a morir en el desierto? ¿Acaso no había suficientes
tumbas para nosotros en Egipto? ¿Qué nos has hecho? ¿Por qué nos obligaste a
salir de Egipto?” (Éxodo 14:11)
El
liderazgo se traduce en influencia y Moisés estaba en una posición un tanto
incómoda, ya que no siempre desarrollar esa influencia fue un proceso simple,
se supone que cierta exposición al relacionarse con otros y servirles desde
posiciones de autoridad, lo cual lleva a estar en la retina de muchas personas
que no siempre compartirán nuestra filosofía de vida y ministerio.
Siempre
vamos a estar expuestos a que otros digan cosas acerca de nosotros. El asunto
no es si seremos criticados o no, sino cómo manejaremos estas situaciones y si
ellas se volverán lazos a nuestros pies para hacernos caer o se convertirán en
catapultas que nos permitirán crecer.
El
camino para crecer no suele ser el que más nos gusta, evaluar lo que dicen
acerca de nosotros, no es tarea fácil. Tendremos que encontrar las luces en
medio de las sombras de las críticas destructivas con el fin de poder servir
mejor, aun a nuestros detractores.
Otro
punto importante que cabe recalcar es tener en cuenta cuando estamos siendo el
blanco de las críticas dañinas y hemos sido ofendidos, se menciona en Hebreos
12:14-15. Este pasaje nos habla de que debemos perdonar a los que nos ofenden y
que tal cosa no constituye una opción, pues si no lo hacemos, por un lado
cargaremos con rencores que ahogarán lentamente nuestra comunión diaria con
Dios, mientras que por el otro lado afectara al cuerpo de Cristo, ya que tarde
o temprano esos rencores saldrán a la luz y afectarán a muchos.
Por
último recuerda que liderar no es fácil y resulta inevitable ser criticado de
las peores formas, pero que siempre el siguiente paso será perdonar a los que
nos ofenden y crecer.
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