Si no sabes lo que es correcto, no puedes elegir hacerlo

Si reconocen que *Jesucristo es justo, reconozcan también que todo el que practica la justicia ha nacido de él. (1 Juan 2:29)

No podemos hacer lo correcto si no sabemos qué es correcto. Debemos aprender de la Palabra de Dios y, por ella, conocer la voluntad de nuestro Padre y sus caminos. 

La justificación es, ante todo, una posición que Jesucristo nos da cuando lo aceptamos como nuestro salvador. Entonces comienza a operar en nuestras vidas el ser justos, lo que significa estar conformados a la voluntad de Dios en propósito, pensamiento y acción. (1 Juan 2:29)

Aprendemos de Oseas 4:6 que el pueblo es engañado y por eso destruido por falta de conocimiento. Satanás es el gran engañador. Cuando la gente no te conoce bien, cree las mentiras de Satanás y vive vidas miserables. Satanás  vino sólo a matar, robar y destruir, pero durante muchos años, satanás me robó, mientras yo le echaba la culpa a otras personas, incluso algunas veces a Dios mismo.

Fui una niña llena de miedo y atormentada. No sabía que el enemigo era la fuente de todos mis problemas. No sabía que aunque me habían herido personas, el dolor me era infligido realmente por el mismo diablo que operaba a través de ellas. No sabía que aunque tenía un pasado doloroso, podía tener un futuro maravilloso. ¡Era tanto lo que yo no sabía! Tenía una auténtica falta de conocimiento y estaba pereciendo-Viviendo en la oscuridad y la esclavitud- por esos motivos.

En 2005, Dios me dio un fuerte deseo de estudiar y entender su Palabra (La Biblia), y desde entonces mi vida ha sido cambiada para mejor. Una vez supe que Dios me amaba y quería que yo tuviera una buena vida, mi perspectiva de todas las cosas cambió. Antes de conocerle la verdad, me sentía desesperada y entrampada; estaba muy cargada. Culpaba por mi dolor a todos menos a Satanás, el real culpable. Sí, las personas me habían lastimado, y también eran responsables, pero supe que “El herido hiere a los demás”. Las personas que me hirieron lo hicieron porque alguien las había herido a ellas. Este conocimiento me ayudó a perdonar a mis enemigos, e inició mi sanidad.

Cuando tú le dedicas tiempo y esfuerzo a ganar conocimiento, no sólo te ayudas a ti mismo, sino también a todos tus descendientes. Nunca sabemos hasta cuándo debemos seguir aprendiendo, toma la decisión de ser un aprendiz de por vida, para que la falta de conocimiento nunca vaya a ser causa de que sufra.

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