viernes, 21 de junio de 2013

Jesús intercede ante el Padre por ti









“Más éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.” (Hebreos 7:24-25)

Te tengo buenas noticias, probablemente tu pienses que nadie se interesa por ti, que Dios no te escucha, pero todo esto es una mentira de Satanás; Jesús sabe que tienes hambre, sabe que estas necesitado, sabe que estás cansado, sabe que estas triste, sabe que estas abandonado, todo lo que tú estás viviendo Jesús lo comprende; él es misericordioso y quiere que tú lo conozcas, él es fiel aunque tú no tengas la actitud correcta hacia él, su amor te alcanza y por tal motivo intercede por ti ante su padre.

I.             Jesús intercede por lo que son hijos de Dios

“He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra.  Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son” (Juan 17:6-9)

 Jesús, intercede por todos aquellos que le pertenecen a Dios, por todos aquellos hijos que han creído en el hijo y que han creído en el padre de los cielos, de tal manera que es muy importante que creas en es Jesús, ya él intercede por tu vida ante el Padre.

II.           Jesús intercede por nosotros cuando somos tentados

El padre ha prometido que Él nunca nos permitirá ser tentados más de lo que podemos resistir, él siempre dará una salida para nosotros cuando nos enfrenamos a una tentación, el anhelo de Dios no es que nos perdamos o descalifiquemos, él permite que seamos tentados para probar nuestros corazones y para mostrarnos que todo lo podemos superar en Cristo Jesús. No cedas a las tentaciones que el mundo, Satanás y la carne presentan ante tu vida, ya que estas tentaciones te pueden desviar del propósito, del llamado que tú tienes, del cuerpo de Cristo y sobre todo de la presencia de Dios.

III.         Jesús puede restaurar la comunión del padre para contigo

“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” (Hebreos 4:16)

Jesús es el mediador perfecto, Él no nos condena cuando hemos fallado, nos brinda su misericordia, cuando pecamos Él nos perdona los pecados ya que el pago por todos nuestros pecados, Él es un intercesor nuestro ante el padre, su preciosa sangre nos limpia de todo pecado; para que podamos gozar de una comunión directa con nuestro padre celestial, recíbelo hoy en tu corazón.

jueves, 20 de junio de 2013

Todo se hará tal como creíste









Entonces Jesús dijo al centurión: "Vete; así como has creído, te sea hecho." Y el criado fue sanado en esa misma hora. (Mateo 8:13)

Jesús le dice al centurión, que la sanidad que le pidió, sería hecha tal como él había creído. El centurión tenía una actitud positiva, creyente, y Jesús hizo lo que le pidió que hiciera.

¿Sabes que las mentes positivas producen vidas positivas? Cuando tenemos pensamientos positivos siempre estaremos llenos de fe y esperanza, mientras que si tenemos pensamientos negativos estaremos llenos de temor y de duda.

Las personas tienen temor de esperar, porque han sido muy heridas en su vida, experimentaron tantas decepciones en su caminar, que piensan que ya no pueden tolerar un dolor más. Por ende, rehúsan esperar para no ser decepcionados en caso de que las cosas no sean como esperan.

¡La decepción duele! ¿Quién dijo que no? Pero ese tipo de conducta establece un estilo de vida negativo, todas las cosas se vuelven negativas porque nuestro pensamiento es negativo, y temeroso a que vuelva a suceder lo mismo.

Hace muchos años, yo era extremadamente negativa, siempre decía que si pensaba  y tenía dos pensamientos positivos en hilera mi mente, se acalambraría, toda mi filosofía era está: “Si  no esperas que te suceda nada bueno, no podrás decepcionarte cuando no suceda”.

Mi pensamiento era que si me faltaba esperanza eso me protegería de ser lastimada. Yo había experimentado tantas decepciones en mi vida- por las muchas cosas desoladoras que me habían pasado- que tenía temor a creer que podía suceder algo bueno. Tenía una pésima perspectiva con respeto a todo. Y como mis pensamientos eran tan negativos, también lo eran mis palabras, mis actitudes, por consiguiente, también lo era mi vida.

Cuando de verdad comencé a estudiar la Palabra de Dios y creer que Él me restauraría, una de las primeras cosas que entendí fue adónde me había llevado ese negativismo, empecé a ver la verdad de Mateo 8:13: que tal como había creído se había hecho.

Con lo que digo, no quiero dar a entender que tú y yo no podamos obtener cualquier cosa que queramos con sólo pensar al respecto. Dios tiene un plan perfecto para cada uno de nosotros como sus hijos, y no podemos controlarlo a Él con nuestros pensamientos y palabras, pero sí debemos pensar y hablar de acuerdo a su voluntad y al plan divino que tiene para nosotros.

Si en este momento tú no tienes idea de cuál es la voluntad de Dios para tu vida, al menos comienza a pensar: “Yo no conozco el plan de Dios para mí, pero sé que Él me ama, cualquier cosa que quiera para mí será buena y seré bendecido.”

Comienza a pensar positivamente acerca de tu vida: practica ser positivo en cada situación que se te presente. Aunque en este momento está sucediendo en tu vida algo que no es bueno, confía en que Dios puede hacer que resulte para tu bien, como lo ha prometido en su Palabra.

miércoles, 19 de junio de 2013

Aprendiendo en la dificultad










“Mas el Dios de toda gracia, que nos llamo a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, el mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.”  (1 Pedro 5:10)

Sabemos que no todo en la vida puede ser color de rosa, no todo va a pasar como nosotros esperamos, siempre van a haber cosas por las cual nos vamos a preocupar.

Como cristiano muchas veces no logramos entender esta parte, creemos que por que Dios lo puede todo, no vamos a tener problemas en nuestra vida y que todo lo que nosotros queremos lo vamos a conseguir.

Pensamos en todo lo que queremos lograr en nuestra vida y cuando llega un problema o un obstáculo para conseguirlo nos desanimamos y pesamos que Dios nos ha abandonado y que no cumpliremos lo que soñamos.

Pero no nos ponemos a pensar que Dios tiene todo bajo control, bueno en verdad si sabemos que Dios sabe lo que hace con nuestra vida pero cuando la adversidad llega a nosotros, el enemigo se encarga que se nos olvide y es ahí cuando comenzamos a desesperarnos porque no estamos obteniendo lo que queremos.

No debemos dejarnos engañar por el enemigo y que nos ponga pensamientos negativo en nuestra mente, debemos mantener presente que cada prueba que llega a nuestra vida es para fortalecernos.

A través de este versículo Dios nos enseña que debemos pasar por ciertas pruebas en nuestra vida que nos hará crecer de manera espiritual.

Cada prueba que Dios pone en nuestra vida es para perfeccionarnos, para hacernos mejor, para lograr alcanzar lo que Él desea de cada uno de nosotros.

Muchas veces sentimos que los problemas que han llegado nunca se van a terminar porque pasa demasiado tiempo y Dios no nos da la solución que esperamos.

Pero sabemos que Dios siempre tiene una respuesta para cada situación en nuestra vida. Y en este versículo de 1 Pedro 5:7 lo podemos observar.

“Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.” (1Pedro 5:7)

Cuando los problemas y las pruebas nos agobian no debemos dejarnos vencer y mucho menos desanimar; sino que al contrario debemos dejar todo en las manos de Dios, debemos aprender a descansar en él.

¿Qué significa descansar en Dios?

Significa que en esos momentos de dificultad depositaremos toda nuestra confianza en Dios, no vamos a permitir que los problemas hagan que nuestra fe decaiga.

Vamos a estar confiados en que será nuestro Padre que nos va a dar la solución para salir de ese problema.

Es importante que no olvidemos que Dios sabe lo que hace en nuestra vida, debemos ser positivos ante los problemas.

Sé que es fácil decir que debemos ser positivos cuando nos están pasando cosas que nos preocupan, que hacen que nuestro ánimo decaiga. Pero no dejemos que este pensamiento domine nuestra mente, es verdad que los problemas nos desaniman; pero cuando esto pase, descansemos en Dios teniendo siempre en mente  que cada problema Dios lo ha permitido porque nos quiere fortalecer, quiere que cada día seamos mejores hijos para él.
Si en nuestra mente este pensamiento es constante lograremos darle ese sentido positivo a los problemas, ya no veremos tanta oscuridad en nuestra vida.

“Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el señor un día es como mil años, y mil años como un día” (2Pedro 3:8)

No nos desesperemos cuando no vemos rápido la salida a nuestra prueba ya que nuestro tiempo no es el mismo tiempo de Dios.

Nosotros sentimos que nuestros problemas nunca se acaban y queremos una respuesta de inmediata para salir de ellos.

Pero a través de la Palabra aprendemos que no podemos pedirle las cosas a Dios con nuestro tiempo, sino que debemos pedir conforme al tiempo de Dios.

Él no hace nada sin antes haberlo pensado por lo tanto no debemos temer ante la adversidad y debemos recordar que la solución llegara en el momento indicado, no pensemos que tanto tiempo hemos pasado en medio de los problemas, sino lo que Dios quiere que aprendamos a través de ellos.

Dios siempre tiene un propósito para todo y para los problemas que él permite en nuestra vida también tiene un plan depende de nosotros descubrir lo que Dios nos quiere enseñar.
Cada problema que debemos superar es para hacernos mejor, para perfeccionarnos para que nuestro testimonio verdaderamente glorifique el nombre de Dios.

martes, 18 de junio de 2013

¿Fácil? ¿Quién dijo?









“En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo.” (Filipenses 3: 20)

Dicen que somos raros, que somos anormales; porque creemos en algo que no vemos y declaramos lo imposible con fe. Dicen que si nos provocan nos harán pecar junto con ellos. Dicen que no disfrutamos la vida como debe ser. Que Dios es bueno y que no creen que  nos condene al infierno, porque es Amor.

Infinidad de cosas parecidas puedes escuchar  a lo largo de toda la vida, eso sí, también acompañado  de hirientes insultos, de golpes, de maltrato. Pero poco a poco Dios nos fortalece y  nos  hace  acostumbrarnos de tal manera que eso  vale la pena de una forma  jamás pensada.

Es que en realidad, no somos de este mundo,  bueno sí, pero no  pertenecemos  a aquí. La situación divaga en el sentido de la vida, ésta, acompañada de dolores, y cosas raras. Nos hace cada vez  dudar, quizá de lo que  somos.

Al creer en un Dios  inimaginable y tan poderoso e infinito, la gente  te puede decir tantas cosas; pero la  cosa varia cuando  tú te dejas influenciar por esos comentario, y justo  después en tu adolescencia , te dejas influenciar por  tu generación, por vergüenza y por muchas cosas que te hacen sentir mal. ¿Quién dijo que sería fácil? , Jesús dijo:
 Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.” (Mateo 16: 24)

Tienes que negarte, y esa pequeña letra del contrato  debe de resonar todos los días, y efectuar cada momento lo que dijo Juan el Bautista:
 “Es necesario que Él crezca, y que yo mengüe” (Juan 3: 30).

Pues, si tú crees en Dios, inmediatamente  eres perseguido por el Mundo.

Anhelas seguir cada día a Dios, cada momento, cada nueva mañana. Anhela estar con  el Salvador, eso te animará a  seguir todos los días. Ese sueño, esa visión de correr y abrazar las rodillas de Jesús, es algo indeleble en todo creyente.

Si te dicen  raro, si te dicen: “pastor”  u otros pseudónimos,  no mengües, alégrate porque estás  marcando lo suficiente tu línea, para que vean que no eres cualquier persona. Marcas tú espacio y tus límites.


¿Fácil?  Nadie lo dijo, ni el propio Rey de reyes, él dijo que seríamos atribulados; pero tranquilo, recuerda:
 “…Que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos” (2 Corintios 4: 8-10 ).

Andar en Jesús  es difícil, pero no imposible, porque aunque el mundo  se venga  a toda velocidad a chocar contigo, recuerda:
En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he venido al mundo.” (Juan 16: 33)

 Nuestro Capitán es Sempiterno, no hay nada que lo pueda vencer. Nos manda a la lucha que, donde el enemigo está acabado.
Recuerda… Tu ciudadanía, no pertenece al mundo, está en los Cielos.