sábado, 25 de junio de 2011

¡Tú sí puedes!


Por eso te recomiendo que no dejes de usar esa capacidad especial que Dios te dio cuando puse mis manos sobre tu cabeza. Porque el Espíritu de Dios no nos hace cobardes. Al contrario, nos da poder para amar a los demás y nos fortalece para que podamos vivir una buena vida cristiana. Por lo tanto, no te avergüences de hablar bien de nuestro Señor Jesús ... Al contrario, tienes que estar dispuesto a sufrir por anunciar la buena noticia. ¡Ya Dios te dará las fuerzas necesarias para soportar el sufrimiento! 2 Timoteo 1:6-8

¿Qué estamos haciendo? ¿Quejándonos de las injusticias que vemos en la calle? ¿De tantos robos, secuestros y muertes? ¿Qué estamos haciendo nosotros para cambiar eso? Seguramente tú dirás “YO no puedo cambiar que haya menos maldad en el mundo”, “YO no puedo hacer que tal persona deje de robar”, “YO no puedo cambiar su forma de pensar”. Déjame decirte algo: TÚ SÍ PUEDES.

Jesús se la pasaba recorriendo pueblos, ciudades, enseñaba en las sinagogas, anunciaba las buenas noticias del reino de Dios, sanaba a enfermos, hacía milagros, transformaba corazones con su simple presencia. En Mateo 9:36 dice <<Y al ver la gran cantidad de gente que lo seguía, Jesús sintió mucha compasión, porque vio que era gente confundida, que no tenía quien la defendiera. ¡Parecían un rebaño de ovejas sin pastor!>>. Jesús sintió COMPASIÓN de esa gente, ¿Acaso nosotros estamos sintiendo compasión por la gente que no tiene quien los defienda? En vez de quejarnos de tanta maldad, ¿Estamos mostrándoles que hay Alguien que los Ama, que tiene compasión de ellos y que los quiere Defender?.

Muchas veces estamos más preocupados por el “qué dirán” tus amigos, tus familiares, tu entorno si tú decides actuar como cristiano, que el “qué dirá” Dios si decides actuar como cristiano. Si nos hemos entregado completamente al Señor, debemos de dejar esa cobardía. Ese temor, ese miedo del “¿Qué van a pensar de mi?”. Pablo mismo nos dice <El Espíritu de Dios NO nos hace cobardes>. El Espíritu de Dios nos da PODER y nos FORTALECE para que nosotros podamos hablar de Su amor a quien no lo conoce. En el versículo de Timoteo claro está <vivir una buena vida cristiana>, eso es lo que tanto nos falta hoy en día ¡Tener amor por TODOS!.

Y esto no lo digo yo, lo dice Jesús mismo. Dice la Biblia en Mateo 9:37, que luego de ver tanta gente y sentir compasión, Jesús les dijo a sus discípulos: <<Son muchos los que necesitan entrar al reino de Dios, pero son muy pocos los discípulos para anunciarles las buenas noticias. Por eso, pídanle a Dios que envíe más discípulos, para que compartan las buenas noticias con toda esa gente>>. Jesús sabe que muchos necesitan de Él, y nosotros también lo sabemos. Entonces ¿Qué estamos haciendo? ¿Qué empezaremos a hacer a partir de hoy?.

Mucha gente piensa que ser cristiano es asistir todos los días a la iglesia, servir, participar de las actividades que allí se den. Déjame decirte algo: ese es un error. Si bien vamos a la iglesia o al templo porque es la casa de Dios, a nosotros se nos ha dejado el MUNDO para trabajar en él, no la iglesia.

Junior Zapata, un conocido cristiano en Latinoamérica, escribió cierta vez: ”La cosa es que Jesús dijo que Él es quién edifica la Iglesia, que Él es la cabeza de la Iglesia. Jesús, cuando se marchó, nos dejó “encargado” el mundo; nos lo dejó a nosotros, no nos dejó a cargo de la Iglesia. Pero hoy hemos revertido los papeles. Queremos hacernos cargo de la Iglesia y le hemos dejado el mundo a Jesús. La Iglesia es la novia de Cristo, ¡no se qué hacemos nosotros bailando tanto con ella! El mundo es nuestro, se nos dejó para visitarlo TODO y predicar el Evangelio. ¡TODOS los cristianos deberíamos predicar (y no estoy hablando de pararse atrás de un púlpito a dar un discurso) con nuestras vidas día a día abordando el mundo que se nos dejó!”.

Es hora que dejemos la cobardía de salir a impactar el mundo de hoy en día. Será difícil, sí, te criticarán, sí, te tratarán de loco/a, sí, ¡Pero Dios te dará las fuerzas necesarias para soportarlo!. Ya no te avergüences del evangelio, no te avergüences de hablar de Cristo, hay mucha gente que necesita de Él y TÚ debes ser quien se los de a conocer. Debemos ser luz en medio de tanta oscuridad, tengamos compasión de quienes no tienen quién los defienda, no nos avergoncemos más de quien nos Salvó, demos testimonio de Su poder con nuestra propia vida, ocupémonos del mundo en el que estamos; ¡TÚ SI PUEDES!.

viernes, 24 de junio de 2011

Si quieren qué bien y si no pues también


Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. 1ª de Timoteo 4:12

Ahí que vean ellos que hacen de su vida, yo ya les hablé. Ya cumplí con mi misión de hablarles de Dios, si ya no quieren pues es problema de ellos.

Cuántas veces hemos escuchado decir eso dentro de las iglesias. Tantas excusas puestas a lo largo de la historia. Tantos “peros” para no hacer lo que Dios manda. 

En las habitaciones de las personas hay fotos del Che Guevara, de Fidel Castro, de Bob Marley y de muchos más. Es fácil decir que son idólatras, que no conocen a Dios, que no quieren darse cuenta de lo errados que están y más. Pero, ellos tienen esos afiches pegados en sus cuartos porque han visto un ejemplo, errado, pero han visto un modelo de vivir que les gusta. Ernesto “El Che” Guevara, de niño asistía a una biblioteca creada por un misionero cristiano. A sus veinte años, “El che” Ya había leído a los filósofos más reconocidos en el mundo. Luego de que Guevara se levantara en armas, entrevistaron a este misionero y él dijo: “Me arrepiento de nunca haberle hablado de Dios”. Yo soy más atrevido y digo: El gran problema es que no se instruyó a Ernesto como debía ser. El ejemplo que Guevara siguió fue de personas que pensaban, que analizaba, que luchaban por sus metas, erradas pero lucharon. Pero, nosotros como hijos de Dios pasamos más tiempo levantando nuestras manos en las iglesias y cerrando los ojos. Se nos olvida bajarlas y extenderlas al necesitado, abrir los ojos y darnos cuenta todo el trabajo que hay por hacer.

Insisto, si como hijos de Dios lucháramos por dar ese ejemplo que dice en Timoteo, otra historia sería en nuestros países e iglesias. No basta con sólo llegar a congregarte, no basta con saludar a tu hermano de la iglesia, con ese saludo monótono de Dios le bendiga. ¿Por qué no le preguntamos cómo está? ¿Por qué no le preguntamos el nombre? Creemos que con sólo pronunciar ese saludo, vuelto ya religioso y ritualista, vamos a marcar la diferencia. 

Si así somos con los de adentro, no quiero ni pensar cómo seremos con los de afuera. Dios nos manda a ser ejemplo, con todo lo que nosotros somos. Nos manda a que amemos, no que critiquemos. La iglesia evangélica durante los años nos hemos caracterizado por sacar a luz lo malo, pero poco o nada hemos hecho por influir en todas las plataformas de nuestro país, porque no tenemos buenas bases. Dios nos manda a ser ejemplo, bueno, es hora de ser ejemplo.



jueves, 23 de junio de 2011

¡Yo tengo fe!... Yo, ¿Tengo fe?



Charles H. Spurgeon fue un famoso pastor bautista británico del siglo XIX. Sus sermones fueron traducidos en diversos idiomas y es el escritor cristiano que más libros y publicaciones ha hecho. Una vez leí una parte de uno de sus textos que dice así:

“La fe nunca prospera más que cuando todas las cosas le son contrarias: las tormentas son sus entrenadores y los relámpagos son sus iluminadores. Cuando en el mar reina calma, extiende como quieras las velas, la nave no marchará hacia su puerto, pues en un mar dormido la quilla duerme también. Deja que los vientos soplen furiosamente y que las aguas se agiten, pues es así como el barco podrá llegar al puerto deseado, aunque se balancee de un lado al otro, y aunque su cubierta se lave con las olas, y el mástil cruja bajo la presión de las infladas velas. Ninguna flor tiene un azul tan hermoso como las que crecen al pie de los helados ventisqueros. Ninguna estrella brilla más que las que fulguran en el cielo polar; ninguna agua tiene un gusto más agradable que la que corre por el desierto de arena, y ninguna fe es tan preciosa como la que vive y triunfa en la adversidad.”

Esto me recordó a cuando Santiago escribió <<Así, cuando su confianza en Dios sea puesta a prueba, ustedes aprenderán a soportar con más fuerza las dificultades. Por lo tanto deben resistir la prueba hasta el final, para que sean mejores y capaces de obedecer lo que se les ordene.>> Santiago 1:3-4

Como humanos no podemos superar las dificultades solos. Algunos prefieren quedarse sentados esperando a que pase, otros se deprimen, otros luchan hasta cansarse; y, sin embargo, los únicos que superan las dificultades son aquellos que depositan su confianza total en Dios.

Santiago nos explicaba que cuando esa confianza sea probada en medio de una dificultad, allí es cuando menos debes soltarla. Habla de resistir la prueba <hasta el final>, debes resistirlo en su totalidad, no puedes decir “Señor, confío en Ti” y a la siguiente semana estar otra vez con tristeza en tu corazón. Dios quiere que tu confianza dure desde el principio hasta el final aunque te cueste.

Spurgeon se refería a la prueba y a la fe como a una tormenta y un barco. Él dice ¿Cómo crecerá tu fe si no tienes una prueba que superar? ¿Cómo un barco puede navegar si no hay fuertes vientos para que empujen las velas? Aunque mediante esa prueba titubees, aunque sientas que las olas te llegan a tapar, no dudes en ningún momento del propósito que tiene Dios para ti cuando llegues al puerto, cuando esa prueba termine.

En la Biblia dice << Tú, Dios mío, nos pusiste a prueba, para ver si éramos fieles.>> Salmos 66:10. Él quiere saber cuan fiel eres para saber cuánto podrá darte después. Si tú confías en Dios, Él confiará en ti a la hora de querer darte un mensaje. Sabe que si eres fuerte en las adversidades, la recompensa cuando esa prueba pase será aún mayor.

También en Eclesiastés 7:14 leemos << Cuando te vengan buenos tiempos, disfrútalos; pero cuando te lleguen los malos, piensa que unos y otros son obra de Dios, y que el hombre nunca sabe con qué habrá de encontrarse después>>. Nosotros no sabemos en medio de la prueba cuál será el final, ni cuándo ni el propósito con el que fuimos puestos allí. Pero sí sabemos que tenemos un Dios que tiene algo preparado para darnos al final. En vez de preguntarle a Dios: “Señor, ¿POR QUÉ a mi?”, empecemos a preguntarle: “Señor, ¿PARA QUÉ a mi?”. Siempre de una prueba sacarás resultados positivos, ya sea, aprender, crecer, superarte, aumentar tu confianza, perfeccionarte. Sin duda que saldremos de esa prueba victoriosos si mantenemos nuestra fe.

Como dijo Spurgeon: “Ninguna fe es tan preciosa como la que vive y triunfa en la adversidad”. Aprende a ser un buen marinero cuando se presente una tormenta, recuerda que allí es cuando más debes extender las velas, allí es en donde más firme debes mantener tu fe en Dios. El Señor siempre tendrá un plan para cuando tú superes esa prueba, sólo confía y llegaras más rápido al puerto. 

miércoles, 22 de junio de 2011

Cuando me cuesta esperar


Por tanto, digo: El Señor es todo lo que tengo. ¡En él esperaré!. Lamentaciones 3:24

Que difícil es creer y esperar en Dios cuando tu mami está en coma, cuando tu papá tiene cáncer, cuando un amigo ha fallecido o un familiar, cuándo tu chico o chica te es infiel, cuando tu líder o tu pastor te han fallado, cuando le has pedido algo fervientemente a Dios y no sucede nada.

No sé tú, pero yo me desanimo. Hace poco me sucedió algo así, pero esta vez me detuve a pensar en lo que estaba pidiendo y me di cuenta de que hay que reconocer que en ocasiones le pedimos a Dios cosas muy egoístas. Ahí es bueno recordar que Dios sabe cómo hace las cosas; ¡Por algo es Dios! Y es verdad que nos hace pasar por algunas difíciles pruebas, pero…. ¡Vamos, Él sabe lo que hace! ¿No crees?

No te has preguntado: ¿Por qué nos cuesta tanto esperar en su voluntad? ¿Será porque aún queremos vivir a nuestra manera?

A mi me ha costado asimilar el esperar, porque siempre quise hacer todo lo que elegía, ¡y hacerlo ya! Pero Dios me dijo: <<Un momento; si sigues así vas a terminar mal. Déjame ayudarte>>. ¡Y lo entendí! Puedo decir que realmente sus planes han sido mejores que los míos. A veces eso duele un poco pero siempre han sido para mi bien.

Algún día me gustaría poder decirlo como Job: <<He aquí, aunque él me matare, en él esperaré>> (Job 13:15 RVR60) ….Falta mucho para eso, pero por algo se comienza.

Dios anhela bendecirnos porque para eso nos creó. Lo que tenemos que hacer es confiar, buscarlo y esperar en él tranquilos, sabiendo que su voluntad es siempre lo mejor.

Punto de reflexión:



¿En qué tipo de situaciones te cuesta más esperar en el Señor?